domingo, 23 de septiembre de 2012

Un ultimo adiós.-

Decidimos encontrarnos en el café de la esquina, nuestro lugar de encuentro, ese que nos vio crecer y que hoy nos vería una vez mas.
Llegue temprano como de costumbre, el corazón me latía a mil por hora, comencé a dar vueltas para calmar los nervios debía mantenerme tranquila.
Cuando llegó en su cara se reflejaban los miedos y las preguntas que nacían desde su alma, no tenia idea de que era lo que estaba pasando, las riendas de la situación eran mías. Pedí un capuchino y él pidió un café negro, lo mismo de siempre, la rutina ya era tan conocida que no era necesario ni hacer la orden.
Espere a tener la bebida en mis manos, su calor reconfortaba mi corazón. Aunque no podía hacer mas tiempo, en el fondo quería dilatar las cosas.
-¿Para que querías verme?
-Para decidir que va a pasar...
-¿Que va a pasar con que?
-Con nosotros.
El silencio reino en nuestra mesa, no quería comenzar así... pero, ¿como comenzar una charla que tiene un tiempo limite y un punto final?.
-¿Que problema hay con nosotros? Creí que todo estaba bien.
Sus manos comenzaron a jugar inquietas con la taza, la postura serena que quería demostrar se estaba resquebrajando. Intentaba sumergirse en su mundo para ver que era lo que estaba pasando, repasar una y otra vez los momentos que vivimos, las palabras dichas... pero su mente no lo dejaba, debía prestar atención.
-No es que estén las cosas mal, es que no hay nosotros... no hay nada.
-Pero.. ¿como que no hay nada? ¿Y los sentimientos, eso no sirve?
-Si, sirve y sirve mucho pero no hay nada mas. Alguna vez me dijiste que no te importaba el resto, que solo eramos nosotros dos..
-Es cierto, lo dije y lo sigo sosteniendo... no me importa el resto, solo me importas vos. 
Lo mire a los ojos, el nudo en mi garganta se estaba haciendo mas grande. Intente descifrar como iba a decir aquello que había preparado, las cosas no estaban saliendo bien; mi mascara se estaba desintegrando, comenzaría a llorar en cualquier momento.
-Se que así lo sentís, se que crees que todo es posible, pero... pero gano el miedo.
Mire para otro lado, no podía hacerme cargo de la situación, quería volver el tiempo atrás, pero debía seguir ¿Por que crecer cuesta tanto?.
No tuve replica, las palabras dichas hicieron eco en su mente. Lo perdí unos minutos, esos minutos fueron eternos pero lo deje ser, sabia que era algo que él necesitaba... tenia que poner en orden sus ideas. 
-No es necesario que digas nada, a veces el silencio también muestra la verdad. Para poder ser felices hay que derribar muchas barreras, y hoy estamos en dos caminos diferentes.
-¿Quien te dijo que no quiero derribar esas barreras? ¿Quien dijo que el miedo me esta ganando?
-Yo lo se, porque lo veo cada día que hablamos; cada día que espero que me abraces y hay algo mas que te lo impide, cada día que te busco y algo no deja que te encuentre. Estamos luchando nuestras propias batallas, es hora de darnos un respiro.
-Pero yo no quiero respirar, quiero ahogarme... ¡Ayudame en mi batalla, ayudame a que no tenga miedo!
-¿Cuanto tiempo podes estar sin respirar?...
 Intento tocar mis manos pero yo lo aleje, el contacto con su piel haría que las lagrimas brotaran una por una. Se levanto para acercarse pero me llego una llamada al celular y se quedo parado mirándome.
-No voy a atender, no es necesario. Estamos hablando y es lo que me importa ahora.
-Tenes que contestar, seguro es algo del trabajo o..
-¿O que?... ¿el miedo de nuevo?
-No, yo no quería dec..
Levante la mano, no quería escuchar nada mas. Me di cuenta que había algo mas que ganaba las situaciones y yo no era parte de eso. Ya era hora de dar un ultimo adiós, de separar los sentimientos y seguir adelante.
-Siempre tuviste algo que me gano, a pesar de que hacías y haces muchas cosas que me molestan terminabas teniéndome en tus manos todo el tiempo. Puteaba las veces que esperaba tu respuesta y nunca llegaba, odiaba cuando me quería sentar a tu lado pero nunca había lugar. Estuve fastidiosa muchos días porque lo único que veía era tu cara... supe desde el principio que lo nuestro era solo una historia para ver de lejos. Entre mi ansiedad y tu tranquilidad para tomarte la vida no iba a salir nada entero... y así fue.
-Hay muchas cosas en juego, me lo tenia que tomar con calma. Para mi siempre estuviste presente.
-Por eso, es hora de seguir adelante. Gracias por hacerme sentir importante. Creo que ya fue suficiente, de todas formas nos vamos a seguir cruzando espero que no sea incomodo.
Lo negó con la cabeza, sabia que seria así.
No pude contener mas las lagrimas, intente esconder la cara pero nunca fue mi fuerte esconder los sentimientos. Él se acerco y me abrazó, necesitábamos eso.  
Luego de un rato nos separamos y nos dijimos adiós con la mirada, ya no era necesario decir nada mas.
Mientras él se alejaba las lagrimas caían cual tormenta de verano, mi mente sabia que decir pero mi corazón me mostraba que me estaba mintiendo, en ese momento me di cuenta que ya estaba enamorada y que nunca iba a tener mi ultimo adiós.

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Era momento de dejar ir mis ideas, aveces el destino juega un poco con el camino de las personas.
¿Por que no podemos ser felices juntos? Porque todavía no es tiempo, primero debes ser feliz solo.
El miedo aveces gana, esta en uno en dejar las cosas así o tomar los remos y disfrutar.












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