viernes, 18 de mayo de 2012

No existe el final.

-Estoy mas cerca de mi sueño cuando mas me alejo.-Le dije dejando la rosa sobre el libro.
-Eso no tiene ningún sentido -Me respondió perplejo- para cumplir tus sueños debes estar cerca, ¿Sino como lo logras?
-¿Realmente crees que la vida tiene sentido?-Lo mire detenidamente- O mejor dicho, ¿crees que algo de lo que yo hago tiene sentido?... No es necesario que me respondas, se la respuesta.
Tome mis cosas, ya era hora que siga camino; era tiempo de comenzar a cumplir mi sueño, mi meta en la vida.
-Pero, ¿que es lo que haces?-Tomo fuertemente mi mano - Dijiste que me ibas a ayudar, quédate un rato mas.
  Aleje su mano, no podía mantener contacto con su piel mucho tiempo. Estaba enamorada, y ese sentimiento me mataba cada segundo un poco mas. No podía llorar, no debía hacerlo.. No frente a él, mis barreras debían  mantenerse intactas.
-Lo siento, pero hoy debo irme temprano. Prometo venir otro día y me quedare el tiempo que quieras, pero hoy debo irme.
Se que no debí mentir, pero era lo único que podía hacer para que me dejara seguir con mi destino.
Me despedí con un nudo en corazón, con una palabra de fuego cruzada en la garganta, me despedí en silencio.
Una sombra subía paulatinamente por mi cuerpo aprisionando los sentimientos uno por uno, arrastrándome lentamente a un nuevo mundo.
Siempre desee un beso de su parte, una muestra de cariño, siempre desee poder decirle lo que mi pecho sentía cada vez que su mano tocaba mi piel, cada vez que oía mi nombre de su boca, cada vez que sabia que no lo volvería a ver.
Mi único consuelo era que algún día encontraría esa hoja marcada, ese párrafo que nos unía. Ese libro seria nuestro secreto, seria nuestra historia de amor.

Pasaron tres semanas y ya mi cuerpo no respondía correctamente, paso ese tiempo y ya nada tenia sentido. Por momentos me encontraba a su lado, volvía a sonreír, mi corazón latía nuevamente con la fuerza de antes. Pero el resto del tiempo me encontraba sola, en un mundo desconocido, luchando con lo irreal.
Mis miedos comenzaron a ganar batallas, la guerra comenzaba a perder sentido.
 Me encontraba hundida en la oscuridad, me encontraba a punto de saltar al abismo. En ese momento algo rozo mi cara, algo hizo que levante la mirada, que vea al cielo. Las nubes comenzaron a correrse, la luz no era un espejismo, la luz hacia fuerza para llegar a mis ojos.
 Un calor abrazo mi alma, un sentimiento conocido rompió las barreras de la sombra que me aprisionaba.
Escuchaba una voz que me llamaba, escuchaba esa vos que decía mi nombre. Decidí volver, debía comprobarlo.
Me encontré con sus ojos y las lagrimas cayeron lentamente.
-Perdón, no te podía escuchar -Me susurro- No te preocupes, ya no es necesario que digas mi nombre.
-Mi corazón era el que te llamaba, ahora puede descansar en paz.

-Puede descansar junto al mio, mi alma velara por los dos -Me abrazo tiernamente- Ahora puedes cerrar los ojos, cuando despiertes estaré aquí a tu lado. 
Apoye mi cabeza en su hombro y por primera vez en mucho tiempo me sentí tranquila, me sentí feliz. Las lagrimas seguían cayendo pero una sonrisa se dibujo en mi cara y en mi ser reino la armonía.

Aunque la lluvia caía lentamente, él se mantuvo a mi lado de principio a fin. En el momento en que quedamos solos él se sentó y comenzó a leer una y otra vez el párrafo marcado, comenzó a leer nuestra historia de amor.
Nunca mas estaríamos solos, mi corazón se quedaría con él.
En alguna parte nuestras almas se encontrarían nuevamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario