lunes, 28 de mayo de 2012

Seremos felices.


Seremos felices.
El sol se escondía entre los arboles, a lo lejos se escuchaban miles de insectos cantándole a la vida.-Es un sueño, ¿no? -sus dedos acariciaban mi pelo- Si es un sueño no quiero despertar jamas.Tantas cosas habían pasado y yo estaba ahí, con él. Mi corazón se acelero, tenia miedo de perder ese rayo de felicidad.-Si quieres que sea un sueño eso sera, -me dijo- pero lo que siento es tan real como vos o como yo.
Disfruté ese espacio propio, ese momento se grabaría en mi memoria para siempre.
Paso el tiempo pactado, el sol ya se encontraba en otro lugar.
Nuestros destinos estaban marcados, era hora de afrontar la verdad.
-No puedo seguir mintiendo -lo rodee con los brazos- esta sera nuestra ultima despedida.
Se alejo rápidamente de mi lado, comprendí que su mente y su corazón luchaban para ponerse de acuerdo.
-Ya es tarde -susurre- debo partir.
Busque sus ojos para despedirme pero su rostro daba al horizonte.
-¡Te amo! -gritó- ¡No escaparas de lo que tenemos!
Me aleje sin decir nada, mi garganta se esforzaba para emitir sonido, pero mi mente callaba todo sentimiento que quería ser libre.
Cayó
 lentamente una lágrima por mi mejilla.
Vino corriendo y me tomo de los hombros, me abrazo como nunca antes. Intente darme la vuelta y llorar en su hombro, pero no pude.
El se acomodo delante mio sin dejar de mirarme ni una vez. Me levanto la barbilla y clavo su mirada en mis ojos.
-Algún día nos volveremos a ver y sera un nuevo comienzo -me beso en la frente- no te preocupes estaré esperando ese día.
Me aleje torpemente, ya era tiempo de seguir mi camino, la única esperanza que me quedaba era que sus palabras se vuelvan realidad. 

Pasaron dos años desde ese día, dos años en los cuales mi sonrisa solo aparecía con el cantar de los grillos. No se bien como pero nuestros caminos tomaron un atajo, la vida me traía otra sorpresa.
Nos cruzamos en un hospital, había ido a visitar a un amigo y él se hallaba en la cama de al lado.
Nuestras miradas se encontraron desde el segundo que cruce la puerta, apenas lo vi fui corriendo a su lado quería abrazarlo, besarlo.
Lo visite durante un mes entero, cada día que pasaba nos marcaba un final irremediable. En mi cara se mostraba el paso del tiempo, yo sabia la verdad pero no quería creerla y sufría en silencio, él en cambio hacia caso omiso a la realidad solo disfrutaba el presente. 
-Cuando supe que te amaba fue el día mas feliz de mi vida, no quiero que se empañe ese recuerdo viendo caer tus lágrimas -me dijo, sus manos tomaban dulcemente las mías- prométeme que seras feliz pase lo que pase.Asentí, era lo único que podía hacer en un momento así, no me anime a decirle que sin él mi vida no tenia sentido.Vi como sus ojos se cerraban lentamente, su mano me trasmitió calor por ultima vez.Me recosté en su pecho y deje que mis lágrimas corrieran, no me levantaría de ahí nunca, quería estar a su lado para siempre.Vi como me fui desvaneciendo; mis manos se fueron resquebrajando, mis sueños volaron cual polvo al viento.'Prométeme que seras feliz pase lo que pase' me dijo, ¿como seré feliz si él no esta a mi lado?
-¡Te amo!- susurre por lo bajo- Pronto estaremos juntos. Bese sus labios, cerré los ojos y me deje llevar.
'Pronto estaremos juntos' esas palabras permanecieron en el aire.

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